Vaya por delante que si lo que se quiere es montar un buen hotel no existe una varita mágica que todo lo puede. Lo que hay que hacer es ser muy constante, llevar una línea de trabajo bien definida y sobre todo seguir unas pautas básicas. Unas directrices fundamentales que son las que vamos a mencionar a continuación ya que si bien es cierto que el éxito se alcanza a través de sistemas más complejos, podríamos decir que sin seguir estos aspectos que vamos a mencionar a continuación, no hay nada que hacer al respecto.
El primer detalle que tenemos que tener en cuenta es la preparación de nuestro equipo. Y es que cuando alguien va a un hotel sobre todo está buscando una buena atención y sentirse bien tratado. De ahí que no solo no tengamos que escatimar a la hora de reunir un buen grupo de profesionales sino que tampoco tenemos que escatimar a la hora de invertir en formación. Hay que ser conscientes de que esa formación es la que nos va a permitir no solo captar nuevos clientes sino fidelizar los que ya tenemos. Y esto es algo que se presenta como básico dentro de este negocio.
Por otro lado tenemos que hablar de los equipamientos. Tanto la ropa cama hosteleria, como la limpieza como los accesorios como puedan ser la televisión, la wifi o el aire acondicionado, tienen que estar en perfecto estado. De esta manera vamos a dar una buena imagen de cara a nuestros clientes. Además, todo esto nos permitirá poder incrementar un poco las tarifas sin que los usuarios lo consideren como un hotel claro. Una inversión que, de nuevo, hace que tengamos más beneficios en nuestras arcas.
Y para terminar, y aprovechando que ya hemos introducido el tema, tenemos que mencionar como no podía ser de otro modo dentro del sector hotelero de las tarifas. Cierto es que nos podemos ver tentados a elevar las tarifas ya que la inversión que hemos hecho es relativamente grande. Sin embargo si ajustamos las tarifas de manera que busquemos los beneficios a largo plazo, nos podemos asegurar una cosa que muy pocos hoteles tienen que no es otra que la de tener clientes todo el año. Algo muy importante ya que podemos recibir a distintos grupos de usuarios, con preferencias distintas haciéndonos un hueco dentro de la oferta hotelera de la provincia en la que nos encontremos.